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    El agua como fuente de vida consciente

    Erin | 01 noviembre 2019

    El agua es comúnmente considerada como un PGC. En otras palabras, como un “Producto de Gran Consumo“. Nada más común que el agua, en efecto... Pero si bien el agua es una parte integral de nuestros gestos cotidianos, como el beber y el lavarse, es también mucho más que eso. Fuente de vida, el agua impregna nuestros cuerpos y el mundo que nos rodea con una conciencia amorosa y benéfica con la que podemos entrar en contacto y colaborar. La sabiduría ancestral lo sabe. Y sin embargo... ¿Cuánta gente hoy en día usa el agua y la bebe a sabiendas, cuando todo lo que tienen que hacer es abrir el grifo para que fluya... como de un manantial?

    ¿Qué pasaría si, en estos tiempos de despertar colectivo, retomáramos el curso del agua con más conciencia?
     

    EL AGUA, OMNIPRESENTE EN NOSOTROS Y A NUESTRO ALREDEDOR

    Por unos momentos, cierre su mente a las distracciones externas y sumérjase en el corazón del espacio sagrado del Agua. Escuche, sienta, experimente... El agua del arroyo, el agua del río, el agua de los torrentes, el agua de las cascadas, el agua que se desliza por la cresta de los glaciares, el agua que se desliza entre las rocas o entre las hojas de los árboles, las perlas de agua del rocío matinal... La fina y refrescante lluvia en su rostro, el arco iris bajo un cielo tormentoso, el agua del mar, el agua espumosa de los océanos que alberga tantas criaturas asombrosas, el agua subterránea que mantiene el frágil equilibrio de la vida, el agua que hace crecer los jardines y las flores, el agua de los vegetales y las frutas... El agua de los manantiales, el agua de los estanques, el agua de los lagos, el agua de los pantanos, el agua de pozos, el agua de lavaderos, el agua de las fuentes en los pueblos, el agua fresca en la garganta en los días de verano, el agua caliente de la bañera en los días de invierno... El agua que le acogió y le bañó en el vientre de su madre, el agua que una mujer libera al nacer su hijo, el agua de sus lágrimas que libera emociones, el agua de su cuerpo, el agua de su sangre, el agua de sus órganos, el agua de sus glándulas endocrinas, el agua en el corazón mismo de sus células. El agua que disuelve, limpia, purifica, cura, transforma y alivia... El agua que nutre, que crece y se expande... El agua que une y conecta, unifica y fluidifica... El agua que activa, transporta, lleva y pone en movimiento... El agua que sacraliza y bendice...  
    Ahora, tome un vaso de agua en su mano y bébela consciente y con gratitud.
     

    BEBER EL AGUA EN CONCIENCIA, UN GESTO SAGRADO

    Recomiendo realizar este simple ritual, tan sagrado, al menos una vez al día, preferiblemente a la hora de acostarse y con el estómago vacío.
    1. Sentado o de pie con los pies descalzos en el suelo, cierre los ojos, escuche su interior, y toma un sorbo de agua en la boca sin tragársela. Deje que tome gradualmente la temperatura de su cuerpo mientras su energía se difunde en la cavidad bucal. También puede revolverla, dejar que viaje de ida y vuelta y de derecha a izquierda, como un catador de vinos probando un grand cru - porque es uno :)
    2. Entonces, cuando sienta que es el momento adecuado, trague el agua lentamente, sintiendo su camino hacia la garganta. Gracias a las fuerzas de gravedad, el agua conoce un solo camino: el que la devuelve a la Tierra, de allí proviene su fuerte poder de anclaje. Así que bajará de su boca hacia su pelvis, y luego de sus piernas a sus pies.
    3. Tenga en cuenta que usted no es un jarrón que necesita ser llenado, sino un canal por el que se puede pasar. Así, cuando el agua haya llegado a las plantas de sus pies, no la guarde dentro de usted: en conciencia, devuélvala a la Tierra.
    4. Para concluir, le invito a pronunciar, en voz alta o en voz baja, la siguiente frase: “Que todo se cumpla y se devuelva a la Tierra, y que sólo mi Divina Presencia permanezca eternamente.
    Repita este ritual diariamente durante 7 días y observe cuidadosamente los cambios que ocurren en su cuerpo y en su vida.

    LA CURA ENERGÉTICA DEL AGUA PROGRAMADA

    ¿En qué consiste la cura?

    La cura que propongo es un tratamiento de 7 días y consiste en reemplazar todos los líquidos por agua, programada a distancia con el sonido de mi voz (su comida sólida no cambia). Esto significa: no más té o café, no más jugos de frutas o de vegetales, no más soda o alcohol... “¡Y mi sacrosanto desayuno!“ ¿me dirá? A lo que responderé: “Bueno, es por ello que se llama una cura :)“

    ¿De qué agua estamos hablando?

    ¡Simplemente del agua del grifo! Todo lo que tiene que hacer es llenar una o más botellas de vidrio transparente, teniendo cuidado de limpiarlas de antemano y quitar todas las etiquetas: los textos, números, códigos - incluso el color de la botella - son todas informaciones que el agua recoge y memoriza. Por lo tanto, se recomienda la mayor neutralidad posible. En cuanto al agua llamada “de manantial“ que se vende en las botellas de plástico, hay que entender que el agua solo es de “manantial“... cuando todavía se encuentra en el manantial. En efecto, una vez extraída, seguirá un largo camino que irá degradando gradualmente su calidad energética: envasada en botellas de plástico en la fábrica, luego etiquetada y codificada, se transporta y almacena en almacenes antes de llegar a las estanterías de su supermercado. Les dejo imaginar la cantidad de información que ha recibido desde que fue recogida en el manantial :) En cuanto a la programación del agua, se realiza generalmente al principio de la cura(1) y dura unos diez minutos. Al final de la sesión, le invito a beber el agua conscientemente para anclar el trabajo energético e iniciar la cura: un gesto que deberá repetir todas las mañanas, en ayunas, durante 7 días.

    Una botella o incluso dos, ¿es suficiente para 7 días?

    Sí, porque el agua así programada puede multiplicarse por dilución, añadiendo un simple tapón de agua a otra botella de agua no programada para transferir la información: así puede renovar sus reservas a voluntad y según sus necesidades. El agua mantendrá su potencial vibratorio durante al menos un año.

    ¿Cuáles son los efectos de esta cura?

    Fuente de vida, el agua es, en este plano tridimensional, la imagen densificada de la Fuente. Así, ella realiza en los planos energético, emocional y espiritual, todas las funciones que realiza en el plano físico: transportar, fluidificar, disolver, limpiar, purificar, bendecir... El agua, utilizada como una cura, cuestiona nuestra capacidad de utilizar nuestros recursos internos tanto como nuestra relación con LA Fuente: una relación íntima y sagrada, que ella viene a actualizar y clarificar. Según las personas, los efectos son muy diferentes: limpieza corporal y/o emocional, centrado, conexión con la Tierra, apertura de la conciencia, fluidificación de una situación bloqueada... El agua sabe lo que tiene que hacer por usted y lo hará, sin lugar a duda. Recuerdo anécdotas maravillosas sobre este trabajo y la magia del agua, en particular la historia de un joven que, hace unos años, me preguntó si yo podía encontrar el manantial que él ya no podía localizar en su jardín. En ese momento, simplemente le di los datos de contacto de un amigo bioenergético. Finalmente decidí empezar una cura, así que programé el agua para él y le advertí cuando ya estaba lista.
    Unos minutos más tarde, recibí este conmovedor mensaje de texto: “¡Increíble! ¡Tuve una corazonada y en 30 segundos encontré mi manantial!“
    “¿Antes o después de beber el agua?“ pregunté - “Después“, respondió. Simple curiosidad :)

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